En estos días de desconcierto y temor al contagio del coronavirus, con tantos fallecidos e infectados, un sistema de informalidad extendido que hace que las tres cuartas partes de la población del país vivan en la condición social de sobrevivencia, unas elecciones presidenciales que amenazan con colocarnos al filo del abismo en plena celebración del bicentenario de la independencia, nuestra junta directiva nacional del Colegio de Sociólogos del Perú apuesta por lo constructivo y saluda a las madres y en especial, a las madres sociólogas, al celebrarse este domingo 9 de mayo el DÍA DE LA MADRE.
LA MÁS UNIVERSAL DE LAS FESTIVIDADES
Esta fecha insigne es de antigua data. Las viejas culturas orientales siempre privilegiaron la fertilidad de la tierra así como aquella que emana de la mujer madre. Unieron ambas y las alabaron. Por ello se habla de la madre tierra, dadora de vida, bien supremo de las culturas primigenias, la Pacha Mama para las culturas andina del Perú y la madre guardiana de los bosques amazónicos.
En Grecia antigua se rendía honores a Rea, madre del dios Zeus o Júpiter, Neptuno o Poseidón (dios del mar) y Hades (del inframundo). Los antiguos romanos llamaron Hilaria a esta celebración cuando la adoptaron de los griegos, realizándola el 15 de marzo en los templos de Cibeles. El mundo católico llegó a tener gran influencia en la Roma antigua, transformando estas festividades estableciendo una sinonimia entre la madre y la virgen María, madre de Jesús, celebrando el 8 de diciembre, la Inmaculada Concepción de María, el Día de la Madre. Posteriormente, se establece esta celebración en todo el planeta en fechas distintas pasando a ser la festividad más universal.
LOS ROLES DE LA MADRE
La mujer se desarrolla en varios planos. Tiene los mismos derechos y deberes que los hombres. Como mujer, cada Estado debe preservar los derechos a su realización plena. Como profesional debe realizarse a cabalidad, y como madre, cubre una tercera responsabilidad.
Debe pues, la sociedad, atender a todas sus ciudadanas en general y a la mujer parturienta en especial así como a las niñas y niños por nacer. Saludamos a aquellos países que han lograr reducir significativamente el porcentaje de mortalidad de madres e hijos durante el parto así como a los que educan a sus mujeres en un clima de igualdad con los hombres no estableciendo ni fortaleciendo desigualdades.
La maternidad es un hecho de mucha significación para la vida personal y para la sociedad así como también lo es la paternidad. Sin establecer rivalidades sino relaciones complementarias, la sociedad debe propender a educar a sus futuras madres y a los padres formando mujeres y hombres para la vida.
LA MATERNIDAD ACTUAL
En la experiencia de la maternidad en las sociedades modernas, hay responsabilidades compartidas de madres y padres, en la crianza de los hijos e hijas, en el hogar así como los nuevos roles de género y estructuras de los hogares monoparentales o modernos. Ello lleva a la necesidad de discursos y políticas que reconozcan y posibiliten la realización de las mujeres, según su propia elección, para desempeñar diversos roles sea como madres, profesionales, y/o voluntarias en pro de sus comunidades. Además, para desempeñar a plenitud sus roles reproductivos, pero sin menoscabar su rol productivo, requiere del reconocimiento y despliegue de sus derechos, mediante la implementación de políticas y programas, planteados por las mismas mujeres y canalizados por el sector público y privado, para que como
ciudadanas, disfruten de las oportunidades de desarrollar una línea de carrera, asumir cargos directivos, avanzar en su perfeccionamiento profesional, incremento salarial, acceso voluntario a sistemas pensionables y flexibles, salud y derechos reproductivos, acceso a capital para iniciativas económicas, vida sin violencia, entre otros.
Deben reconocerse las contribuciones de las madres trabajadoras y profesionales al desarrollo del país, con acciones concretas, como: acceso a opciones formativas idóneas, seguridad ciudadana, tolerancia cero al acoso y violencia hacia la mujer en todas sus formas, las cuales sean provistas por las diversas instituciones del Estado, involucrando al sector privado y a toda la sociedad. Una maternidad plena requerirá de transformaciones culturales y sociales, como la corresponsabilidad en la conducción del hogar, entre mujeres, varones y las familias, la autonomía y el empoderamiento de las mujeres.
En las condiciones actuales de la pandemia mundial del COVID-19, celebrar el Día de la Madre es también un momento para demandar un trato apropiado a las madres gestantes, a las madres que cuidan a niños y niñas especiales, a las madres ancianas que se encuentran más vulnerables, a las madres trabajadoras que se exponen al contagio para mantener sus trabajos, a las madres que en sus casas hacen trabajo remoto y al mismo tiempo apoyan a sus hijos en la enseñanza virtual, a las madres de hogares monoparentales que deben enjuiciar a padres por no reconocer a sus hijos o negarse a brindarles alimentos. El Estado y la sociedad deben celebrar este día revalorando y protegiendo a las madres más que nunca.
Este DÍA DE LA MADRE es un momento de reflexión y de reconocimiento especial a las colegas sociólogas como madres en su hogares y profesionales, por su aporte a las ciencias sociales y a la sociología, por su trabajo día a día, por el desarrollo integral de las personas, organizaciones sociales, grupos vulnerables, con el fin de transformar en inclusiva, justa y solidaria nuestra sociedad. Igualmente, es motivo para saludar a las madres de cada sociólogo y socióloga, así como de estudiantes, egresados y futuros profesionales de sociología de nuestro país, a nuestras madres por su generoso amor.
En el Día de la Madre, el Colegio de Sociólogos del Perú respalda la propuesta de que ninguna madre pierda su trabajo por motivo del COVID-19.
JUNTA DIRECTIVA NACIONAL DEL COLEGIO DE SOCIÓLOGOS DEL PERÚ
Lima, 9 de mayo de 2021
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