HISTORIA

El 2 de enero de 1989, mediante ley Nro. 24993, fue aprobada la creación del Colegio de Sociologos del Perú.

Sus antecedentes son el I Congreso Nacional de Sociología, evento masivo realizado a inicios de la década del 80 en la ciudad de Huacho, así como diversas iniciativas y asociaciones que buscaban fundar el Colegio.

El decano fundador es el Dr. Henry Pease García, quien llega posteriormente a ser presidente del Congreso de la República, insigne profesional e intelectual con numerosas investigaciones y libros de creación personal. Lo suceden el Dr. Sinecio López Jiménez, Dr. César Germaná Cavero, Dr. Nicolás Lynch Gamero, Dra. Narda Henríquez Ayín, Dr. Gonzalo Portocarrero Maisch, Lic. Custodio Arias Nieto, Dr. Pedro Pablo Ccopa Antay, Lic. Roberto Rodríguez Rabanal y Dr. Eduardo Arroyo Laguna.

Al momento actual, el Colegio de Sociólogos del Perú tiene diez bases regionales, a saber: Cajamarca, Piura, Huánuco, Lambayeque, Ancash, Lima provincias, Lima-Callao, Centro, Arequipa, Puno con proyección a irradiar a otras regiones.

Hay alrededor de 20,000 sociólogos que se encuentran laborando a lo largo y ancho del país, de los cuales solo 4,500 ejercen legalmente organizados en diez Colegios Regionales.

 

El Perú de hoy ofrece un nuevo rostro y nuevos problemas que deben ser abordados en toda su complejidad, lo cual obliga a las sociólogas y sociólogos a asumir nuevos roles y funciones que respondan a los nuevos retos propios de la actual dinámica social, pero al mismo tiempo urge delimitar e integrar el quehacer sociológico, con las otras profesiones, que permitan puntualizar aspectos peculiares dentro de la profesión.

El trabajo de las y los sociólogos implica el análisis y diagnóstico de las situaciones sociales, la proyección y planificación y la gestión de políticas públicas (resolución de conflictos y gestión son los aspectos más solicitados por nuestros agremiados, dedicando nuestros cursos de capacitación a estas y otras materias).

 

Es importante la defensa de la profesión del sociólogo, por su especificidad. Es por ello que el ejercicio de la profesión precisa normar sus propias acciones, con la visión de contribuir con el desarrollo humano de la colectividad. Esto significa que la sociología debe enfatizar su vigencia, mediante un proceso participativo, que permita formular e implementar conceptos más integradores y aplicados, lo que contribuirá a un posicionamiento de la carrera, redundando esto en un eficiente ejercicio profesional del sociólogo.

A ello contribuirá el Proyecto de Ley del Ejercicio Profesional del Sociólogo y el Perfil de Puesto, aprobados por nuestra junta directiva nacional y la junta de decanos regionales.